Porninguna parte había el menor signo de que estuviese ocupada por alguienque no fuera una persona habitual. Pero, claro, no podía haberlo. Yo también salté.—¡Date brío! —me llegó la voz de la abuela desde fuera—. ¡Coge elmejunje y sal de ahí!

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—voceó La GranBruja.—¡Sí, sí! —corearon las brujas inglesas—. ¡Son asquerosos yrepugnantes! —¡Los pequeños son sucios y apestosos! —chilló La Enorme Hechicera.—¡Sucios y apestosos!

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Deseaba ver cómo eran susdedos y si mi abuela llevaba razón. … ¡Ahora veía múltiples manos! ¡Veía las garras oscuras curvándose sobre las yemas de los dedos! ¡Aquellasgarras medirían unos cinco centímetros y eran afiladas en la punta!

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El tono de los cuadros infantiles que utilices para decorar la habitación de tus pequeñas debe estar alineado con el tiempo que quieres producir para ellas. Jamáshubiera podido aparecer en público, y mucho menos hospedarse en unhotel, con su verdadera cara. ¿De qué manera iba a convocar a las brujas de los diferentes países a los CongresosAnuales? Además de esto, te exponemos ciertas ideas de estilo y te afirmaremos dónde puedes conseguir los más destacados cuadros aesthetics para que puedas mostrar a la moda.

Yo no soy un ratón.—Me temo que sí, Bruno.—¡Como es natural que no! ¡Yo no te hedicho nada! ¿Por qué me llamas ratón a mí? —¿Es que no sabes lo que te ha pasado? —Prrimerro —dijo La Enorme Hechicera— tuve que encontrrar algo quehicierra que los pequeños se volvierran pequeñísimos muy rrrápidamente.—¿Y qué fue? —chillaron.—Esa parrte fue simple —contestó—.

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—pregunté.—Claro que hay otras cosas. Semeja que no entiendes que, enrealidad, las brujas no son mujeres. Charlan como lasmujeres. Y tienen la posibilidad de accionar como las mujeres. Pero, de hecho, son serescompletamente diferentes. Son diablos con forma humana. Por eso tienengarras y las cabezas calvas y narices extrañas y ojos extraños, todo lo cualtienen que disimular lo destacado que tienen la posibilidad de delante del resto del mundo.—¿Qué mucho más es diferente en ellas, abuela?

Me puse a brincar por la habitación, intentando de registrarla, pero no eratan simple. No podía abrir ningún cajón, por ejemplo. Tampoco podía abrir laspuertas del enorme armario. Dejé de brincar, me senté en el suelo y me puse apensar. Si La Gran Hechicera deseaba esconder algo sumamente misterio, ¿dónde lopondría?

Los 2 ratones seestrellaron contra la pared, y durante unos momentos se quedaronatontados. Entonces respondieron y escaparon.—¡Atención otrra vez! ¡Ahorra les voy a darrla rrreceta parra prreparrarr la Fórrmula 86. Rratonisadorr de AcciónRretarrdada! Sacad papel y lápis.Todas las brujas de la salón abrieron los bolsos y sacaron cuadernos ylápices.—¡Dadnos la receta, oh Talentuda!

Gracias a que muchas mamás les da ilusió ... ¡Qué maravillas puede realizar un ratón! ¡Y eso que sólo soy unprincipiante! Pero primero tengo que llegar del otro lado de la cocina y subirme alestante intermedio. ¡Se me ocurrió una gran iniciativa!

Decidí, únicamente Roupinha Para Menina estar seguro, ponermedetrás del biombo y llevar a cabo allí el entrenamiento. La multitud de la Prevenciónde la Crueldad con los Pequeños no me daba ni pizca de miedo, pero había unaposibilidad de que al señor Stringer, el director, se le ocurriera asomar lacabeza por allí. ¡Qué ubicación tan sensacional! ¡Ideal paraamaestrar ratones! Saqué a Guiller y a Mary de mis bolsillos. Se sentaron ami lado en la alfombra, relajados y correctos.El truco que iba a enseñarles hoy era el de caminar en la cuerda floja. Noes tan difícil instruir a un ratón capaz a andar sobre la cuerda flojacomo un especialista, mientras que sepas exactamente de qué forma hay quehacerlo.

Con muchocuidado, me descolgué por el borde de la cama y me deslicé abajo delcolchón. Debí empujar fuerte para avanzar algo, pero proseguí insistiendo.No veía nada. Se encontraba arrastrándome bajo el colchón cuando, depronto, mi cabeza chocó contra algo duro que había en el colchón. ¿Podría ser un frasquito? Notaba suforma a través de la lona del colchón. Y, justo al lado, toqué otro bulto duro,y otro, y otro. La Enorme Hechicera debía haber descosido la lona, puesto losfrascos dentro, y luego haber vuelto a coserla.